Tardaron en llegar al mundo de las tabletas, en realidad aseguran que llevaban mucho tiempo ahí, pero Surface Pro es una brillante respuesta al iPad y muy superior a la mayoría de los aparatos con Android. De acuerdo en que el precio también es elevado. Surface Pro cuesta 879 euros en su versión de 64 gigas y 979 en el caso de 128 gigas. Ahora llega a España.

Microsoft insiste en que es un aparato para crear, para
trabajar. Es cierto, pero también han pensado en la vida cotidiana con refuerzos contra caídas, rayaduras… Aunque es en apariencia una tableta no se puede tratar como tal, su campo de actuación es bastante más amplio y se puede considerar como un sustituto del portátil, tanto por potencia como por programas.

A diferencia de lo que sucede con iPad y Android, en este caso los programas, aunque adaptados a una pantalla táctil, y el sistema de archivos, funcionan de manera más parecida a un ordenador tradicional. Esto lo convierte en una opción muy interesante para trabajadores que tienen que manejar archivos de vídeo, hojas de cálculo o edición de fotos. Esto último brilla especialmente si se usa el lápiz táctil fabricado por Wacom.

Resulta algo más pesada de lo habitual, 907 gramos, pero se justifica por su generosa pantalla de 10,6 pulgadas y su procesador Intel Core i5, similar al de los portátiles y cuatro gigas de memoria RAM. De hecho, es similar al que utilizan los últimos ordenadores Chromepixel de Google, portátiles de pantalla táctiles, pero todavía muy limitados. Visto así, el precio y características de Surface parecen todavía más interesantes frente a los poco más de mil dólares del modelo de Google.

Entre los puntos fuertes está la inclusión de un puerto USB 3.0 que lo dota de gran versatilidad. Se puede contactar desde un disco duro a una impresora, una cámara de fotos o incluso el mando de la consola Xbox.

La cámara trasera graba vídeo en alta definición, la delantera está pensada para hacer videoconferencia. De hecho, Skype viene ya instalado. Los posibles problemas de almacenamiento se palían con la ranura para tarjetas MicroSD.

Han llegado los últimos pero lo han hecho cuidando los detalles. Esto se refleja en los dos teclados-funda que ofrecen, en varios colores, sencillos pero muy cómodos y finos.

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