La aplicación, que Apple sustituyó por la suya, invita al público a corregir los errores que detecte
La última actualización de iPhone venía con sorpresa. La aplicación de mapas por defecto dejaba de ser la de Google. Apple estrenaba los suyos, con la promesa de mejoras y proyección de edificios en tres dimensiones pero con muchos y variados errores. Por momentos graciosos, pero siempre molestos si lo que se quiere es encontrar un lugar.
Google Maps estrena aplicación en iPhone y a las pocas horas era la más descargada en la App Store.
En este tiempo han aprovechado para añadir mejoras. La búsqueda no cambia, sigue en la parte superior, con voz o tecleando en la pantalla. Lo que sí cambia es la vista. Se puede pasar de de dos a tres dimensiones, o en una versión intermedia de 45 grados. Paradójicamente, esta era una de las habilidades que tenía la criticada interpretación de la cartografía por parte de Apple.
Entre las promesas de Google se encuentra la celeridad al arrojar resultados de hasta 80 millones de lugares. La compra de Zagat y su integración en Google+, su red social, no es casualidad. Al buscar un local, en la zona inferior de la pantalla se muestran fotografías, críticas, recomendaciones de clientes y la posibilidad de llamar y hacer una reserva. Una manera de dar información adicional, contextual, pero también rozando la frontera de la publicidad.
Dentro de esta misma línea, la de conocer al usuario, está el almacenamiento de los lugares buscados. Dentro del historial, si se hace con la cuenta activada, se puede ir a sitios registrados como “casa”, “trabajo”, “gimnasio” y demás para ahorrar tiempo.
Cuando comenzó el descontento por las deficiencias de los mapas de Apple, la propia empresa de Cupertino recomendó el uso de Waze. Esta modesta aplicación con vocación de red social destaca por su habilidad para aportar información del tráfico en tiempo real y recomendar rutas en coche. Google parece haber tomado de ahí cierta inspiración. No solo si se va al volante, sino también andando o en transporte público, ya que dan el tiempo estimado de un lugar a otro y permite cambiar la ruta sobre la marcha sin poner demasiadas trabas.
Otro aspecto que parece haber tomado de Waze es la posibilidad de corregir sobre la marcha. En caso de que una calle cambie de nombre, o el sentido de la circulación, o quizá esté cortada, basta con agitar el teléfono para entrar en el menú de corrección y enviar la sugerencia a Google. No han perdido el humor, existe la opción “no me gustan los colores de la aplicación”.
Lo que no cambia, y es uno de los grandes valores de Google, es StreetView, su vista a pie de calle para hacerse una idea de qué se verá al llegar a un lugar y ayudar a orientarse. Este servicio, con más de 3.000 ciudades fotografiadas en 45 países ha sido uno de los que más quebraderos de cabeza ha dado, especialmente en Alemania y Suiza, donde las denuncias por violar la privacidad han sido constantes.
Los mapas son uno de los servicios más valorados de Google, con más de mil millones de usuarios activos al mes. Kai Hansen, responsable de producto, confía en que resulte fácil e intuitiva. Sin embargo, subrayó que Google por ahora no tiene previsto rebajar el precio para que terceros usen su cartografía. Habitualmente es gratis hasta que se sobrepase el límite de 4.000 peticiones diarias, algo que una empresa con cierto éxito sobrepasa fácilmente.
Aunque la aplicación es compatible con iPad, está específicamente diseñada para iPhone e iPod Touch. No es la primera vez que Apple quita un lugar preferente a un programa que nació como nativo en el sistema operativo. YouTube pasó de venir preinstalado a tener que descargarse, gratis, de la tienda de aplicaciones.