La telefonía móvil ha entrado en una nueva etapa con la presentación del iPhone 5s. Con independencia de su potencia o prestaciones, el iPhone 5s es el primer smartphone en utilizar un sensor de huella dactilar -Touch ID- como contraseña de acceso así como para verificar compras online. Esta tecnología trae consigo un nuevo escenario con sus respectivas ventajas e inconvenientes.
Existen dos grandes tecnologías de escaneo dactilar en el mundo: la electro óptica y la capacitiva. La primera utiliza una especie de escáner óptico -como los de documentos- en miniatura que ilumina el dedo y es capaz de detectar el patrón de crestas y valles de cada huella dactilar. Sin embargo, este no es el caso del usado por Apple.
El iPhone 5s ha integrado la opción capacitiva. Este sistema cuenta con una lámina cubierta por una malla de sensores eléctricos -en este caso 500 por pulgada- capaces de detectar la conductividad de los surcos de la huella. Al poner el dedo se crea un flujo eléctrico según la forma de cada huella.
En ambos casos los datos recopilados sirven para recrear el patrón digital de una huella dactilar que es comparada con la base de datos de huellas válidas y detectar si el usuario está o no autorizado.
Seguridad y datos encriptados
Ahora es cuando los conspiranoicos piensan, “genial, la NSA ya puede tener mi foto y mis huellas dactilares asociados sin apenas esfuerzo”. Bueno, en teoría esto debería no ocurrir por varios motivos. El primero porque es ilegal (no os riais) y el segundo porque el sistema de seguridad que Apple ha montado alrededor de Touch ID está planteado para que la huella dactilar nunca salga del terminal ni esté almacenada en ningún servidor.
Técnicamente la huella leida forma un patrón de líneas que es comparado con hasta 10 huellas autorizadas. Si coincide, entonces Touch ID permite el acceso. Todo este proceso lo realiza de forma interna el propio escáner y la información de la huella dactilar codificada y encriptada queda en su interior. Es decir, la comparación de huellas la realiza el hardware del iPhone 5s y no es necesario el acceso a ninguna base de datos exterior, ni siquiera la de los servidores de Apple. Gracias a ello no será posible que nadie acceda a una base de datos repleta de huellas, porque sencillamente no existe.
A esto se le unen una serie de nuevas opciones de protección de acceso al terminal y sus datos integradas en el nuevo iOS7 que parecen ancajar perfectamente con el uso del sensor Touch ID.
Hola soy yo
Una vez llegados hasta aquí ya puedes olvidarte del “deslizar para desbloquear”. Basta con poner el dedo en el sensor para desbloquear el iPhone 5s, una jugada que securiza de serie cualquier equipo ya que unifica el encendido y el desbloqueo por contraseña de anteriores modelos.
Adicionalmente, el reconocimiento de usuario por huella dactilar abre un mundo de posibilidades a las compras verificadas. Basta con detectar la identidad del usuario para confirma la compra de una app, o quién sabe si en un futuro incluso bienes y servicios directamente en la calle.
¿Infalible?
Sin embargo, algunos expertos ya avisan que la verificación por huella dactilar no es infalible. Por una parte se encuentran aquellas personas que apenas tienen huella dactilar -que las hay- y por otro aquellas que habitualmente trabajan con las manos como obreros o artesanos, y que pueden tener erosionados los dedos. Esperemos que la opción de permitir hasta 10 huellas sea una solución, pero siempre se puede utilizar el método tradicional.
Tampoco se debe olvidar el hackeo dactilar. Si bien este sistema, al no ser óptico sino capacitivo, no funciona usando la impresión de una huella dactilar como en las películas, tampoco resulta imposible de acceder al equipo creando un molde del dedo en material conductor. Claro que esto no está al alcance de la mayoría de los ladronzuelos. Pero conviene recordar que solo es un sistema disuasorio y casi seguro que no es un sistema perfecto.
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