Instagram y Twitter, dos compañías que en los últimos años evolucionaron tomadas de la mano, han roto oficialmente su amistad.

Esta semana usuarios empezaron a reportar problemas en la visualización de fotografías de Instagram en Twitter, y su cofundador Kevin Systrom confirmó lo que algunos ya se esperaban.

Muy pronto las fotos de Instagram dejarán de verse directamente a través de Twitter mediante las llamadas «cartas de integración». Por lo que para verlas correctamente, los usuarios serán redireccionados a la página de origen.

Aunque Systrom ha negado que tenga que ver con la decisión, muchos veían venir este divorcio desde que la red social Facebook se pusiera por en medio y sedujera a Instagram a golpe de millones, concretamente los US$715 millones con los que adquirió la compañía en abril.

La red social de Mark Zuckerberg pretende ahora lanzar su propio servicio de microbloging para competir con Twitter y por supuesto rentabilizar todas las posibilidades de su nueva adquisición, integrándola en sus propios sistemas.

Cartas «desintegradas»

Cuando las primeras fallas empezaron a reportarse, Twitter informó en su blog que éstas se debían a que Instagram desabilitó las cartas de integración de Twitter, que permiten a los usuarios abrir el icono y ver la foto completa sin abandonar la página de tweets.

El desabilitarlas implica que los usuarios pueden verlas en pequeño formato como es habitual, pero al abrirlas éstas se ven recortadas, y el único modo de visualizarlas totalmente es accediendo con un click a la página de Instagram.

Analistas consideran que con esta maniobra Instagram pretende aumentar el flujo directo a su página y así aumentar sus ingresos a través de la publicidad.

A pesar de la nueva medida, Systrom aclaró que los usuarios de Instagram podrán todavía colgar fotos directamente en Twitter. «Continuaremos evaluando cómo mejorar la experiencia con Twitter y las fotos de Instagram», dijo esta semana durante la conferencia LeWeb de París.

Una vieja amistad

Desde que viera la luz en 2010, el servicio para compartir fotografías entre amigos Instagram extendió su popularidad precisamente gracias al poder de redes sociales como Twitter.

Pero la joven compañía hoy cuenta ya con 100 millones de usuarios, y no es la única que ha dado pasos hacia una eventual ruptura.

Apenas un mes antes de que Facebook irrumpiera en su relación, Twitter bloqueó el gráfico social que permitía a sus usuarios saber qué miembros estaban inscritos en Instagram, y lo mismo hizo con otras redes como Flikr y LinkedIn.

Poco después de cerrarse la compra de Instagram por Facebook, Twitter también anunció la creación de una página de filtros para fotografías muy similar a Instagram.

Estas maniobras forman parte de la guerra que mantienen actualmente las redes sociales, que rivalizan por atraer a usuarios directamente hacia sus páginas.

Twitter quiere evitar que otras redes sociales engorden a su costa, lo que ha sido notable en el caso de Instagram, que en agosto le superó en número de usuarios móviles en Estados Unidos y que ahora compite con él en varios frentes.

No obstante, la bofetada que le devuelve Instagram, puede salirle cara, ya que la red social se beneficia mucho de integrar contenidos de otras redes sociales.

Ahora que pertenece a Facebook, Instagram puede permitirse el lujo de distanciarse de su antiguo benefactor y sacar partido de los «me gusta» de su nuevo dueño.

Además, el mes pasado dejó de funcionar casi únicamente a través de aplicaciones para celular como era habitual y sacó su propia página en internet.

Daños colaterales

Muchos temen que en esta guerra el mayor daño colateral lo sufran los usuarios, ya que uno de los mayores atractivos de este tipo de servicios es precisamente la interoperabilidad.

«Ahora sí se pasan, si esto sigue así buscaremos solución», expresó en un tweet el usuario Tino Cosme al conocerse la noticia.

«Han empezado a ‘barrer para casa’. Porque seamos sinceros, las fotos de Instagram se ven casi todas desde Twitter y no en Facebook», apuntó Alberto González por su parte.

No obstante, como dicen «hecha la ley hecha la trampa», o mejor «a río revuelto ganancia de pescadores», ya que servicios como IFTTT ya han sacado una «receta» que según dicen permite saltarse las restricciones.

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