Mercado o beneficio, era la disyuntiva a la que se enfrentaba Apple antes de lanzar sus nuevos móviles. Y Tim Cook, el consejero delegado de la empresa, se decantó por la estrategia tradicional de la compañía: el beneficio sobre todas las cosas. Los cacareados iPhone baratos para mercados emergentes no son tales y, a pesar de la pérdida de cuota respecto a Samsung, Apple elige la ganancia a convertirse en una marca de masas. Así lo
demuestra el control de costes de sus nuevos iPhone 5S y C y los precios a los que se han puesto a la venta.

En el tradicional desglose de componentes que iSuppli hace de cada nuevo aparato, ha concluido que  el iPhone 5C, el económico, de 16 gigas, cuesta fabricar y ensamblar 120 euros cuando su precio de venta al público en Francia (y se supone que en España también) asciende a 599 euros, es decir 4,6 veces más que su coste. En el caso del modelo de 32 gigas, el coste es de 135 euros y su precio sube a 699 euros (5,1 veces).

Sin embargo, la cuenta de resultados de Apple se disparará cuanto más iPhone 5S se vendan. En este caso, el modelo de 16 gigas sale de fábrica a un coste de 147 euros, y sale de la tienda por 4,7 veces más: 699 euros. Si el consumidor decide masivamente comprar el 5S de 64 gigas, Cook será llevado en procesión por sus accionistas, porque en ese caso, el modelo que cuesta solo 154 euros en fábrica se vende por 899 euros, casi seis veces más (exactamente, 5,8). Como detalle, iSuppli revela que el famoso sensor para el escaner de la huella dactilar cuesta solo 7 dólares (5 euros).

Apple sigue siendo una compañía maestra en el control de costes de los componentes -ahí se labró su carrera Tim Cook- pues el nuevo 5S, pese a la huella dactilar y la mejora de la cámara, es solo tres dólares más costoso que el iPhone 5 lanzado hace un año.

Estos grandes márgenes con los nuevos smartphones contrastan con los de la tableta iPad Mini, el producto que menos beneficios deja con cada venta. Su coste de producción es de 140 euros y se vende por 329, solo 2,35 veces más. Esta reducción de márgenes por el bajo precio, tampoco le ha valido para frenar el auge de las tabletas de la competencia, que ya suman más, especialmente con los modelos Galaxy de Samsung, las Nexus de Gogle y las Kindle de Amazon.

Apple puso el iPad Mini con un sacrificado 329 euros, pero la Nexus 7 cuesta 100 euros menos con muy similares capacidades y la de Amazon aún es más barata, 199 euros. Con la estrategia del iPad Mini, Apple se quedó a medio camino. Redujo sus beneficios y no paró la competencia. Lección aprendida.

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